martes, 27 de noviembre de 2012

COOLABORACIÓN VS COMPETENCIA

Isabel Olivares
Claudia Betanzos

Introducción
El objetivo del presente trabajo es realizar un breve análisis  sobre la Toma de Decisiones basada en los conceptos de Colaboración vs Competencia y como los Líderes en cualquier ámbito se pueden ver sesgados a tomar alguno de los 2 extremos, pudiendo afectar el desempeño del equipo de trabajo.
El interés de este tema surge en virtud de los conceptos mencionados por Schein respecto a la importancia que tiene el Líder dentro de la cultura de algún grupo dado, refiriéndose a cualquier ámbito: familiar, escolar, laboral, social, religioso, etc.; y cómo éste puede influir fuertemente en  los valores, supuestos más profundos, principios y comportamientos del grupo.
Antecedentes
Se tiene ya como un concepto en la mente de ser humano que la Competencia tiene una connotación negativa, en virtud de que se presume debe existir un perdedor; sin embargo, esto es debido a que en realidad únicamente se tiene un análisis superficial de este concepto.
Lo anterior se da debido a que el contexto social actual propicia la ambición, la vanidad, las ansias de poder, la soberbia, etc., y estos valores son relacionados con el concepto de Competencia; lo que se pretende en este análisis es generar una sinergia entre los conceptos de Colaboración y Competencia para una adecuada toma de decisiones.
El tema de incentivar la Cultura de Competencia surge desde el seno familiar, primer grupo cultural en el que el ser humano se desarrolla. Es en este primer acercamiento cultural donde el  Líder o Líderes comienzan a fomentar en el individuo un espíritu competitivo que se puede observar en diferentes aspectos: comparaciones entre miembros de la misma familia, otorgamiento de calificativos positivos o negativos, lucha de poder entre los líderes del grupo, etc.; y a raíz de este primer grupo cultural se empieza a permear este tipo de cultura a los otros ámbitos.
Relacionando lo mencionado anteriormente, la siguiente esfera en la que se refuerza el fomento de la competitividad en un sentido negativo como ya se mencionó anteriormente es en la Educación Formal, siendo la base la existencia de una calificación numérica alta para aquellos que se consideran buenos estudiantes  y baja para aquellos que no lo son; sin embargo, no se genera una interacción  real que motive la colaboración entre aquellos considerados excelentes estudiantes y los demás, motivándose más bien una exclusión para aquellos que no cumplen con los estándares formalmente establecidos. Por lo tanto, la educación formal está basada en acciones que fomentan la necesidad de destacar en algún aspecto: competencias deportivas, en alguna especialidad académico, lúdicas, etc.; generándose la necesidad de ser destacado en algún ámbito socialmente reconocido, que de seña de la existencia de la competitividad con relación a los demás.
Llegando al ámbito laboral, y con el antecedente familiar y escolar, se refuerza en mayor medida en esta esfera la Cultura de la Competencia, donde existe una jerarquía formal clara, en el que se presupone que las personas deben ser mayormente competitivas para alcanzar las posiciones más altas jerárquicamente. Estando entonces al frente de algún equipo de trabajo, es cuando estos antecedentes culturales enfrentan a los Líderes a la dificultad de generar formas de trabajo que al mismo tiempo sean colaborativas sin dejar de fomentar la competencia sana entre ellos.
Toma de Decisiones
El Liderazgo ejercido dentro de un grupo va a definir el enfoque existente en la Toma de Decisiones, pudiendo estar basado en un enfoque competitivo o un enfoque colaborativo. Actualmente, es muy frecuente ver que en la mayoría de los equipos de trabajo, la Toma de Decisiones depende exclusivamente del Jefe, en función del concepto de que él debe ser quien dirija al grupo sin considerar sus opiniones. Este enfoque es competitivo, en virtud de que se basa únicamente en la posición formal de quien toma la decisión y en sus propias soluciones. Este concepto queda claramente explicado como consecuencia, de los antecedentes revisados previamente en el presente trabajo.
En cualquier proceso de Toma de Decisiones siempre va a existir conflicto, puesto que se enfrentan argumentaciones o ideas contrarias; este es otro aspecto por el que la mayoría de ocasiones es considerado como más conveniente tomar una decisión de manera unilateral, con el objetivo de no fracturar al grupo y no dañar el concepto de colaboración.  Sin embargo esto tampoco fomenta la colaboración, ya que al tratar  de evitar el conflicto, las decisiones sean menos estratégicas, lo que puede afectar el desempeño del equipo por no considerar sus intereses, generándose de cualquier manera una posible fractura dentro del mismo.
De acuerdo a lo anterior, suponemos que lo más conveniente debiera ser fomentar la Toma de Decisiones con enfoque colaborativo, es decir, que los miembros del grupo, iniciando por el Líder,  consideran al proceso de decisión como un trabajo conjunto del equipo, acordando los objetivos y dialogando a partir de intereses en vez de debatir desde posiciones. A diferencia del punto de vista competitivo para la Toma de Decisiones, bajo esta perspectiva, el conflicto es bien visto, siempre y cuando sea en sentido positivo, dado que esto permite la argumentación, aportar nuevas perspectivas, información y análisis.
De acuerdo con Dolores Paxote, “el conflicto cognitivo es vital para la efectividad de las decisiones bajo enfoques colaborativos. Es un conflicto que genera debates abiertos sobre los supuestos, la forma de trabajar, de pensar, y de analizar”.
Dolorex Paxote sugiere implementar los siguientes puntos con objetivo de promover una cultura de decisión colaborativa:
Supuestos: Hay que permitir que todos los involucrados cuestionen las premisas y paradigmas de la situación de decisión. Definir claramente qué cosas son hechos que no pueden ser modificados, y cuáles son los supuestos del equipo que sí pueden desafiarse.
Criterios bien definidos: Alinear objetivos y definir criterios y métricas de evaluación es vital para evitar debatir sobre opiniones personales y focalizarse en debatir sobre lo que realmente agrega valor al negocio.
Disentir y debatir: Debemos procurar que el tipo de preguntas y el nivel de escucha entre los miembros del equipo promuevan un genuino diálogo abierto que no genere competencias.

Percepción de justicia: Una forma de medir la percepción de justicia es chequear la participación, el involucramiento y el grado de alcance de metas intermedias dentro del proceso de decisión. Nadie participa ni se compromete en un proceso de decisión si siente que no es tenido en cuenta.
Conclusión
Resumiendo lo anterior, un proceso de Toma de Decisiones efectivo debiera basarse en el enfoque colaborativo, propiciando el conflicto (competencia) en sentido positivo. Por lo anterior, sería aconsejable empezar a difundir el concepto de competencia, no como un antónimo de la colaboración, sino como un aspecto complementario, siempre y cuando fomente el beneficio de todas las partes involucradas, no generándose sentimientos de ganar-perder, sino de ganar-ganar.
Para señalar con mayor claridad los conceptos analizados, en la clase mostraremos un video en el que se aprecia el proceso de Toma de Decisiones por parte de los líderes del equipo, y como éste va en función de seleccionar a los miembros del grupo necesarios para el cumplimiento del objetivo, basándose en las habilidades de cada uno de los elegidos, no señalando que alguno sea indispensable a comparación de los demás, sino que cada uno contribuye al equipo con una función determinada; que si no existiera el equipo no podría haber tenido el éxito.